lunes, 22 de febrero de 2010

muralla.

"después de todo tú eress
la única muralla;
si no te saltas nunca darás
un solo paaso...♫!"
(Spinetta.:)

domingo, 21 de febrero de 2010

las razones no tienen razón;
ya lo decia yo!
las cosas son como son
podemos tener mil razones para no hacer lo que tenemos que hacer
pero sólo una razón es la que nos va a mover las montañas
sólo una razón puede tumbar paredes y limpiar las talarañas
sólo una razón...

la del corazón.

las demás,
sólo son excusas.

martes, 16 de febrero de 2010

La euforia no comprende eufemismos;
no somos más que cataclismos informes, pedantes e imprecisos;
es entonces que entendemos la derrota;
asi como también completamos la gloria.
No somos príncipes, ni amuletos, ni soberbios soberanos;
pero somos marcha impresa en llanto
no podemos seguir si no sabemos dónde vamos;
y eso que somos más que simples muchachos;
somos muchachas; y hombres fuertes y valientes,
nobles caballeros de la corona imperial,
música en los ojos y suerte impenetrable.

¿Quién sería capaz de habitar en los suburbios de mi inconciencia?
Nadie.
Escepto, un pedazo de mi yo inconcebible, inconsistente, intransferible;
pero más allá de todo eso hay alguien que grita en la conciencia;
que enciende todo, que anima, que alienta
que entiende todo más allá de todo lo que podemos decir,
que anuncia, que está, que sigue y que no rinde al amor más de lo que debería hacer en estos días.
y es por eso que debemos seguir,
por esa voz que había jurado progresar, por ese sueño que acertamos a forjar, a formar, a soñar;
por todo lo que hemos sido en este corto tiempo:
un cielo compartido que nos valdría la vida sin anticipos
y es entonces, sí,
amigo,
que te reconozco y el duelo es dolido,
que te reconozco y me anticipo;
ya no puedo vivir conmigo.
No soy más que una cosa que no sabe valerse por sí sola;
y hay cosas que me duelen,
me anulan,
y es en ese momento que no soy más que un niño,
que te extraño a gritos, pero no me doy cuenta, no lo admito,
quiero ser diferente, despertar, entender el camino
pero estás del otro lado y nada tienes que ver conmigo.



La vida nos irrumpe con asombrosa facilidad,
con indecible fatalidad.-